MINI es una marca de culto, sus modelos han marcado a generaciones de consumidores que no cambian su amor y fidelidad por la marca. El propietario de un MINI no compra un auto , él está comprando un estilo de vida. Individualista, libre, sociable, innovador, sin temor a los cambios pero con mucho apego a ciertas tradiciones: 
La tradición de ser el centro de las miradas cuando maneja.
La tradición de reconocer y saludar a otros dueños de MINI, sus hermanos de sangre.
La tradición de disfrutar el camino como solo se puede hacer en un MINI.
La tradición de cambiar su actual MINI por el próximo modelo  a salir.

Nuestro desafío fue reposicionamiento de MINI en el mercado local  como ícono y como la marca más emocionante dentro del segmento de los autos de lujo.

Desarrollo de una estrategia de marketing no convencional a través de iniciativas innovadoras de bajo presupuesto, con el fin de generar el “boca a boca” en nuestro target.